Capitulo decimosegundo

REGRESO A ESPAÑA PARA QUEDARME

De nuevo vine a casa de los abuelos maternos de Alcalá.Algunos de mis tíos también tomaron la decisión de volver a España.Lo más curioso fue lo que les ocurrió a mis tíos Tomas y Maruja.Llevaban varios años casados, viviendo en Suiza y decidieron regresar a Alcalá. Lo hicieron con el coche y la baca cargado hasta la bandera, ya no cabía ni un alfiler.

Pero el colmo fue que mi tía Maruja venia embarazada de su único hijo Tomas, no sé si ellos ya lo sabían o no, cuando organizaron el viaje, pero para toda la familia fue una gran alegría.Cuando se instalaron también en Alcalá, empezaron con el proyecto de la construcción de un edificio de pisos y locales comerciales en un terreno que habían comprado, estando en Suiza, cerca de la casa de los abuelos, en la calle de la Era Honda n°9.Se lo comentaron a mis padres, por si se animaban a comprar un piso de los que pensaban construir.Mis padres lo pensaron y reservaron, compraron un tercero derecha, en el cual viviríamos muchos años con mis tíos de vecinos, ya que ellos Vivian en el primero.

Ese año que decidimos, que me quedaría en España, antes de volverse mis padres a Bruselas, paseando con mi madre por debajo de los soportales en Alcalá, nos encontramos con una amiga suya de juventud, que se llamaba Julia, la acompañaba su hija Merche.Nos presentamos y charlamos un ratito, informándoles de la decisión de quedarme en casa de mis abuelos, cuando mis padres regresaran a Bélgica.Merche me pregunto si tenía amigas en Alcalá, al responderle que no, me ofreció que saliera con ella y con sus amigas, acepte encantada y quedamos para vernos otro día.

Otro de estos días, paseando con mis padres nos encontramos con un conocido de ellos, que se llamaba Calleja y tenía una posición en Alcalá desde la cual dominaba bastantes temas y sobre todo el de las fiestas, creo que en esos años era concejal en el ayuntamiento.

Después de ponerle al corriente mis padres de nuestras aventuras en esos años pasados y que me quedaría con mis abuelos, (decisión que explicábamos frecuentemente) el me comento que para las próximas fiestas municipales, le localizara para buscarme sitio en una de las carrozas de las fiestas. Tome nota enseguida del ofrecimiento tan interesante.

Pocos días después mis padres salían de nuevo para Bruselas.A los pocos días de la marcha de mis padres, me reunía con Merche como habíamos quedado, me presento a Maribel, una de sus mejores amigas, y que después lo fue mía también.Así nos juntamos tres torres de algo más de metro setenta, dieciocho años y muy parecidas.La gente solía mirarnos mucho, cosa normal, en esos tiempos las mujeres no solían pasar del metro sesenta.

Estábamos a finales de Agosto, en plenas fiestas de Alcalá y recordé lo que me había dicho Calleja. Se lo comente a Merche y Maribel, por si querían y podían venir conmigo en

las carrozas. Merche no pudo porque tenía trabajo, pero Maribel me dijo que ella si podía y la apetecía mucho.

En la carroza con Maribel, vestidas de ballet

Localice a Calleja y hable con el del tema, también de la posibilidad de que viniera una amiga y no hubo ningún problema, así que fuimos las dos vestidas de bailarinas de ballet y lo pasamos muy bien, tanto para vestirnos, como paseando sobre las carrozas por todo el pueblo.

Era la primera vez que me subíamos en una carroza.Se hacia un recorrido bastante largo y todo el camino lleno de gente a la que tirábamos confeti y serpentinas.

Enseguida me pusieron al corriente de cómo estaba el tema de chicos en la zona y sobre todo de una Universidad Laboral que habían instalado el año anterior y que al inicio del curso se llenaría de chicos universitarios.

Con Merche y Maribel

Lo mejor era meterse en el cine, o en alguna cafetería y quitarse del medio y llegada una hora ya se recogían y podías pasear tranquilamente.Había tanto donde elegir que agobiaba, no sabias donde mirar y que no te guiñaran el ojo, o te mandaran un besito.Entre nosotras comentábamos, que teníamos que tener mucho cuidado y no tomarnos muy en serio a ninguno de ellos.Todos estaban solos y con muchas ganas de ligar. Pensábamos que la mayoría ya tenía novia en su pueblo.Conocí a varios universitarios, que a la segunda cita, ya se creían con derecho a exclusiva y magreo, cosa que yo cortaba rápidamente.

Este primer verano que pase en Alcalá y conocí a Merche y Maribel, lo recordamos durante muchos años.Al final Merche y yo, nos casaríamos con dos de estos laborales.

Con el tiempo Solíamos reunirnos los dos matrimonios años después, teniendo en cuenta que Julio era amigo de Andrés, como yo de Merche, la relación siguió con el tiempo.

Para mí fue un cambio muy importante, ya que en Bruselas apenas salía y cuando lo hacía era siempre con mis padres, en Alcalá procuraba apuntarme a todo lo que me invitaran, o de lo que me enteraba, sobre todo en verano.

Me había traído toda mi ropa, y todos los modelitos que mi madre me había copiado del taller y me cambiaba para presumir en cada paseo, modelito de mañana y de tarde.

Casi siempre era con Merche con quien solía salir, Maribel también trabajaba y disponía de menos tiempo libre.Era increíble lo bien que lo pasábamos juntas y lo bien que nos entendíamos Merche y yo.Al no tener hermanos, siempre eche de menos tener alguno para comentarle cosas, y ahora lo hacía con ella.

Merche tenía muchos hermanos, por lo que era mucho más espabilada que yo, además de muy graciosa y alegre, a su lado era imposible estar triste, te buscaba la manera de que lo superaras enseguida. Además siempre que la necesitaras la podías encontrar y así siguió durante toda su vida.

Por la mañana mi abuelo Julio, solía hacerme para desayunar tostadas en la lumbre de la cocina y me ponía ajo y aceite de oliva. Me encantaban y no las he vuelto a comer más ricas que aquellas.

Un Domingo habíamos quedado con los ligues del momento para ir a misa, en la iglesia de los Santos niños, y cuando llegue y la di un beso, me dijo discretamente ¿pero qué has desayunado una cabeza de ajos con piel y todo? toda la misa y la mañana estuvo de cachondeo conmigo.

Yo no abrí la boca en toda la mañana, el ligue de turno no entendía que me pasaba, ni se lo contamos nunca, pero además me hizo chantaje con ello, realmente se podía reír de mí cuando quería y al final nos reíamos las dos.

Los domingos solíamos ir a bailar a una terraza que hacían baile, cerca de la plaza Cervantes, se llamaba Henar, ponían discos y se bailaba.Un día estábamos las dos solas y entre los que nos sacaron a bailar, lo hicieron dos laborales, que así llamábamos a los chicos de la universidad y después de bailar varios bailes con ellos, nos fuimos para casa y por el camino comentamos que eran muy majos.

Al domingo siguiente paseando por los soportales antes de ir al baile como siempre, nos encontramos con el que había bailado con Merche, acompañado de otro, nos saludamos discretamente y después de unos paseos más nos dirigimos al Henar.Nos sentamos en una mesa de la terraza, y al cabo de un rato ellos se sentaron en otra.

Minutos después vino a sacarme a bailar, el que no conocíamos, y que después me dijo se llamaba Andrés y seguidamente vino el otro a sacar a Merche y se llamaba Julio. Al cabo de los años estos serian nuestros maridos.

Hablando mientras bailábamos, me comento que el chico que había bailado conmigo la semana anterior le explico, que había conocido bailando a una chica que había estado muchos años en Bélgica y tenía mucho acento Francés y seguro que lo hablaba muy bien.

Andrés, en esos momentos estaba estudiando francés con el asimil y quería practicar con alguien. Con la espontaneidad que le caracterizaba, me comento que por eso me había estado buscando con Julio que era quien nos conocía del domingo anterior y quería practicar conmigo, el francés que estaba estudiando, para que le dijera si lo pronunciaba bien,

A la semana siguiente yo tenía que ir a Madrid y al parecer el también insistió en que nos viéramos allí y quedamos que me llamaría a casa de los tíos.El día que habíamos quedado me llamo y quedamos a la salida del metro de Tirso de Molina. Esta parada de metro estaba muy cerca de la casa de la tía Amparito en Madrid y era donde yo solía vivir, cuando estaba con ellos.

Andrés

Cuando llegue desde la calle de enfrente vi a un chico esperando, y me pareció muy feo de lejos, me extraño que me hubiera fijado tan poco en él y ahora me resultara tan birria. Me di media vuelta sin que me viera y me marche para casa, de nuevo, sin decirle ni pio.

Por el camino iba pensando que me volvería a llamar y no sabría que excusa ponerle.Me di media vuelta y decidí decirle que no tenía intención de pasar la tarde con el de ninguna manera.De nuevo me fui para el metro, cuando llegue junto al chico le pregunte: hola, tú eres Andrés ¿verdad? y me contesto: no, pero me encantaría serlo, si me lo permites.

En el parque de Alcalá de Henares

Enseguida me explico que había otra salida de metro en otra calle y me alegre de que no fuera él, habría pasado una tarde de pecado y todo por no fijarme bien el primer día.

Me encamine hacia la otra salida y allí estaba esperando “Andresito el guaperas caprichito de las nenas”.Desde entonces nos empezamos a ver de vez en cunado. Muchas veces íbamos los tres, Andrés, Merche y yo, hasta que Julio también empezó a venir, y ya salíamos los cuatro juntos.Durante la semana Merche trabajaba como secretaria en una fábrica y yo solía ir a Madrid a casa de la tía Amparito.

Con Andrés Maribel y Merche

En Madrid con la familia de mi padre, también me encontraba muy a gusto, recuerdo que mi tío Isidro se reía mucho con mis chistes. En aquellos años yo tenía muy buena memoria y procuraba acordarme de los que me contaban para contárselos a ellos.

Para entonces mi abuelo Antonio había fallecido y mi abuela vivía en casa de mi tía Amparito.

Cada vez pasaba más tiempo en Madrid, ya que en Alcalá no tenía demasiadas cosas que hacer y tampoco podíamos salir todos los días de paseo, con el trabajo de mis amigas, y los chicos estudiando.

Un día le comente a la tía Amparito la posibilidad de buscar trabajo en Madrid y vivir en su casa algunos días de la semana, pensé que sería más fácil que encontrarlo en Alcalá, estuvo de acuerdo y el tío también. Me puse muy contenta y manos a la obra para buscar trabajo.